El primer mes con mi bebe
prematuro tiene dos partes, sus primeros 15 días en UCI y los siguientes 15 en
casa con papa y mama, sin embargo, este embarazo interrumpido a las 32 semanas
tiene antecedentes que les contaré por si pasan, o por si están pasando lo
mismo que yo.
Cuando supe que estaba embarazada
estaba tan feliz y puedo decir que nunca tuve miedo, estaba tan segura que todo
saldría bien; que lograría acoplar mi estado, tanto a mi maestría como a mi
trabajo sin problema alguno.
Entonces, estudiaba 4 horas al
día y trabajaba 8 horas más, subía cinco pisos de gradas hasta llegar a los
laboratorios de mi facultad sin problema alguno y si se dañaba el ascensor en
mi trabajo también subía y bajaba gradas, nada me detenía, “estaba embarazada, no enferma”. Recuerdo
ser muy responsable con mis citas mensuales para revisar mi embarazo que fue
atendido por el Dr. Barzallo, en quien he confiado mis dos gestas y quien
curiosamente atendió la cesaría de mi mami cuando yo nací.
Todo estaba bien, hasta que
simplemente no lo estuvo, un 25 de mayo de 2014 me levante a hacer el desayuno
y algo goteaba por mi pierna; era completamente involuntario, pensé que podría
tener incontinencia, pero también tenía la sensación de que era algo más. Mi
esposo llamo a nuestro médico, quien nos convocó inmediatamente a su
consultorio. Hicimos una placa con el líquido, determinando que era parte del
tapón mucoso, por lo que tuve instrucciones estrictas de reposo. Llegue a casa
de mis padres y me acosté, pensé entonces en bajar un poco la guardia, el día
anterior en el trabajo no tuve descanso por un evento que organizamos, pensé en
descansar más, pensé en pedir más ayuda, sin embargo, seguía sin imaginar lo
que estaría por pasarme.
Al sentirme mejor, mi mami me
preguntó si querría almorzar, le dije, ¡claro, voy enseguida! entonces me pare
de la cama y sentí toda mi fuente correr por mis piernas y mi barriguita
desapareció. Mi esposo se quedó helado y enseguida llamo al Dr. quien nos dijo
que tendríamos que intervenir de emergencia y nos consiguió un quirófano de
inmediato. A pesar de que vivo a cinco minutos del Hospital del Río, mi camino
se hizo eterno, todo me vino a la mente de repente y no pude contener las
lágrimas, es entonces cuando apareció un sentimiento que estaría presente muy
frecuentemente en mí, y según he leído, en otras mamas también, LA CULPA.
Sentía que era mi culpa no
haberlo protegido de este mundo acelerado, de no haberle hecho un espacio en
medio de esa locura para que estuviera a salvo, ahora, nacería ocho semanas
antes de los previsto, solo recordaba que mi fecha de parto era a mediados de
Julio y estábamos en Mayo.
No recuerdo haber sentido ningún
dolor, solo angustia, veía la desesperación en los ojos de mi mami, que tuvo
que ir a comprar la pañalera y buscar alguna ropa que teníamos reservada para
el bebe, ¡No tenía nada listo! no tenía bata, no tenía sandalias, no tenía
lavada la ropa que mi bebe usaría al nacer. Mi suegra me abrazo tratando de
darme fuerzas, pero pude escuchar su voz quebrada mientras me decía que todo
saldría bien. Mi papi me dio un gran beso y mucha fuerza, que fue oportuna,
porque yo ya no tenía la fortaleza de los primeros días.
Entonces, entré al quirófano, el
anestesista me explico lo que harían a continuación, me fue tan fácil poner la
cabeza abajo y enseñar la espalda, ya no tenía barriguita que lo impida. Mi
Sebas nació tan pequeño que pesaba menos de cuatro libras, el Dr. me dijo, -
Paulinita, aquí está tu bebe, está muy pequeñito, tienen que llevarle a
cuidados intensivos neonatales-. Le di un besito suave y se lo llevaron.
Lo siguiente que hice fue llorar
y culparme sintiendo tanta ansiedad que terminé medicada. Cuando me desperté mi esposo estaba a mi
lado, me dijo que el bebe está bien pero tiene que quedarse veinte días en UCI.
Baje para verlo, era un
muñequito, un chichobelo conectado a sondas, a alambres que le estorbaban, tan
frágil él y nada podía hacer para que estuviera mejor. Me fui a casa derrotada,
mi esposo y yo lloramos abrazados, rezamos y pensamos en todo lo que podría
salir mal para que no nos cogiera de sorpresa de nuevo, debo aceptar que no fue
un buen ejercicio.
Sin embargo, sabía que si algo
podía hacer por mi bebe, era ayudarlo a crecer desde ahora en adelante, darle
el tiempo y volverlo mi prioridad uno, por encima de todos e incluso de mí.
Considero que hice bien en estimular mi
producción de leche desde que llegue a la casa, no tenía a mi bebe para hacer
la estimulación natural, así que empecé con un sacaleches de esos que tienen
bombita, que a mi criterio son los mejores para empezar, pues a la vez te
forman el pezón. Por indicaciones del hospital guardaba mi leche materna en
frascos para muestras de orina, la explicación es sencilla, son completamente
estériles, los etiquetaba con la hora y fecha, guardándolos en la congeladora,
para enviarlos al hospital los transportábamos en una hielera que los
conservaba fríos. Estos envases te sirven igual si vas a conservar tu leche en
el congelador, si trabajas y quieres tener tu reserva para cuando faltes, solo
debes descongelarlos en frio, es decir, dejarlos en la parte baja de la refri
de la noche para la mañana (no es recomendado el microondas para descongelar).
Al tercer día empecé a producir
mucha leche, como siempre te recomiendan mil cosas y mil coladas para producir
más, pero en mi experiencia lo único que debes hacer para producir leche es
estimular y tomar mucho del líquido que desees; claro, cosas saludables, no vas
a llenarte de coca cola, como escuché por ahí.
Mi bebe cumplió una semana en UCI
y se puso un poquito amarillo, le pusieron una luz y protegieron sus ojos, esto
de verdad le molestaba mucho y sentía mucha angustia, seguía llorando cuando
iba a verlo, sobre todo porque el pupito se le cayó mientras lo bañaban en la
mañana, yo nunca lo vi, me sentí muy triste porque tenía sus puperos listos,
nunca se los pude poner, pero me alegró
mucho saber que pronto podría darle el seno directamente.
A los 12 días de estar en la
incubadora le pusimos su primera mudada, pero tenía una boquita tan pequeña,
que no pudimos acomodarnos para poderle dar el seno, y aquí va otro tip que me
indicó la enfermera, para sacar el pezón me mando a cortar la punta de una
jeringuilla mediana, colocarla sobre el pezón tirando del extremo como si
estuviera llenándola de líquido. El ejercicio debe hacerse suavemente, no
tienes que lastimarte al hacerlo, pero si debes ser constante, colocarte
manteca de cacao ayuda mucho si te duele o te sientes incomoda y si te has
lastimado, la crema para pañalitis es bastante útil, a menos que tengas
mastitis y deba ser tratada medicamente.
Siempre que hablo con otras mami,
coincidimos en que a pesar de que para muchas mujeres el proceso de lactancia
sea natural, para muchas otras no lo es, para mí no lo fue, y mi conclusión
sobre este tema, después de dos bebes, es que la lactancia DUELE, CUESTA y
LASTIMA, y a veces, hay que dejarla ir por las buenas, quitándose el estigma de
ser menos o mala madre por no dar el seno, pero eso puede ser otro tema por
tratar.
Mejoramos en cuestiones de
lactancia y mi bebe pudo salir antes de lo previsto, entonces nos fuimos a casa
a los 15 días. En este punto quisiera hacer una recomendación un poco incomoda,
el punto económico es algo que necesariamente debes considerar si llevas un
embarazo de alto riesgo. Mi esposo siempre tiene una filosofía, “No hay plata que te devuelva a un ser
querido”. La estancia de un bebe en UCI, en un hospital privado tiene un
costo bastante elevado, casi nunca estás listo para enfrentarlo, sin embargo y a pesar de mis
conflictos con mi seguro privado, agradezco la atención recibida en el Hospital
del Rio, mi hijo se recuperó favorablemente, no contrajo infecciones ni
enfermedades dentro de la unidad, mis sustos más grandes fueron su nacimiento a
las 32 semanas y su bajo peso al nacer.
En casa nos preparamos de acuerdo
a lo aprendido en una experiencia previa de mis sobrinas gemelas que nacieron
prematuras. El bebe prematuro en casa, a mi criterio debe tratarse con cautela,
mi esposo y yo, que manejábamos al bebe lo hacíamos con una mascarilla, sobre
todo mi esposo al llegar de la calle o el trabajo, siempre se daba una ducha y
se ponía mascarilla. Lo cambiábamos y alimentábamos cada tres horas, muchas de
las veces lo despertábamos para hacerlo, porque tenía que ganar peso sí o sí.
Como sabrás los bebes prematuros
no regulan bien la temperatura de sus cuerpecitos y tienden a enfriarse con
facilidad, regulábamos la temperatura de la habitación manteniéndola siempre
calientita con un aparato eléctrico, cuyo uso fue disminuyendo paulatinamente.
Por lo demás, el
baño lo hacia mi mami con su infinita experiencia y amor, lo bañábamos en la
habitación porque hacerlo en el cuarto de baño bajaría mucho su temperatura
corporal. En cuestión de biberones, hervirlos o esterilizarlos es lo mejor,
llevarlos a controles periódicos y tener a mano a un profesional neonatologo
que siempre esté dispuesto a escuchar las dudas, mucha veces absurdas de los
primeros meses es lo mejor; en nuestro caso, estaremos agradecidos de por vida
con la Dra. Karina Merchán, que nos guio con mucha amabilidad. En este punto
también, la estimulación temprana con un niño prematuro es bastante importante,
mi Sebas asistía tres veces por semana al inicio y luego una vez por semana
hasta que cumplió 9 meses, la estimuladora, Priscila Nájera fue excelente y
sobre todo la constancia y tiempo disponible que tengan los papis para el bebe,
es importante.
Mi consejo a mamis con bebes
prematuros que estén empezando este camino, es que en lo posible traten de
apoyarse en alguien que comparta sus miedos, frustraciones y tristezas. Me paso
que no me gustaba que nadie tocara a mi bebe, su sueño era sagrado y todo ruido
me parecía desconsiderado, llegue a pelear con mi esposo por abrir la ventana
del auto mientras mi bebe estaba dentro; aunque ahora me da risa, en ese tiempo
de verdad sufría por ello.
SOLTAR, es una palabra que me
gusta mucho hoy por hoy, si están cuidando a un bebe prematuro no se sientan
mal de soltar lo demás por un tiempo, amigos, trabajo, problemas familiares y
hasta estudios, pueden esperar mientras hallan su punto de equilibrio, sobre
todo, no lo he nombrado a lo largo de este texto, sin embargo, si creen en ese
poder superior, siempre es un consuelo saber que a pesar de que haya cosas que
se nos salgan de control, todo volverá a su cauce porque simplemente, soy una
buena persona y me lo merezco y sobre todo porque hay un poder superior que me
cuida y en él confío.
Con mucho cariño para las Mamis
Protestonas,