jueves, 28 de septiembre de 2017

El primer mes con mi niño prematuro

El primer mes con mi bebe prematuro tiene dos partes, sus primeros 15 días en UCI y los siguientes 15 en casa con papa y mama, sin embargo, este embarazo interrumpido a las 32 semanas tiene antecedentes que les contaré por si pasan, o por si están pasando lo mismo que yo.
Cuando supe que estaba embarazada estaba tan feliz y puedo decir que nunca tuve miedo, estaba tan segura que todo saldría bien; que lograría acoplar mi estado, tanto a mi maestría como a mi trabajo sin problema alguno.
Entonces, estudiaba 4 horas al día y trabajaba 8 horas más, subía cinco pisos de gradas hasta llegar a los laboratorios de mi facultad sin problema alguno y si se dañaba el ascensor en mi trabajo también subía y bajaba gradas, nada me detenía, “estaba embarazada, no enferma”. Recuerdo ser muy responsable con mis citas mensuales para revisar mi embarazo que fue atendido por el Dr. Barzallo, en quien he confiado mis dos gestas y quien curiosamente atendió la cesaría de mi mami cuando yo nací.
Todo estaba bien, hasta que simplemente no lo estuvo, un 25 de mayo de 2014 me levante a hacer el desayuno y algo goteaba por mi pierna; era completamente involuntario, pensé que podría tener incontinencia, pero también tenía la sensación de que era algo más. Mi esposo llamo a nuestro médico, quien nos convocó inmediatamente a su consultorio. Hicimos una placa con el líquido, determinando que era parte del tapón mucoso, por lo que tuve instrucciones estrictas de reposo. Llegue a casa de mis padres y me acosté, pensé entonces en bajar un poco la guardia, el día anterior en el trabajo no tuve descanso por un evento que organizamos, pensé en descansar más, pensé en pedir más ayuda, sin embargo, seguía sin imaginar lo que estaría por pasarme.
Al sentirme mejor, mi mami me preguntó si querría almorzar, le dije, ¡claro, voy enseguida! entonces me pare de la cama y sentí toda mi fuente correr por mis piernas y mi barriguita desapareció. Mi esposo se quedó helado y enseguida llamo al Dr. quien nos dijo que tendríamos que intervenir de emergencia y nos consiguió un quirófano de inmediato. A pesar de que vivo a cinco minutos del Hospital del Río, mi camino se hizo eterno, todo me vino a la mente de repente y no pude contener las lágrimas, es entonces cuando apareció un sentimiento que estaría presente muy frecuentemente en mí, y según he leído, en otras mamas también, LA CULPA.
Sentía que era mi culpa no haberlo protegido de este mundo acelerado, de no haberle hecho un espacio en medio de esa locura para que estuviera a salvo, ahora, nacería ocho semanas antes de los previsto, solo recordaba que mi fecha de parto era a mediados de Julio y estábamos en Mayo.
No recuerdo haber sentido ningún dolor, solo angustia, veía la desesperación en los ojos de mi mami, que tuvo que ir a comprar la pañalera y buscar alguna ropa que teníamos reservada para el bebe, ¡No tenía nada listo! no tenía bata, no tenía sandalias, no tenía lavada la ropa que mi bebe usaría al nacer. Mi suegra me abrazo tratando de darme fuerzas, pero pude escuchar su voz quebrada mientras me decía que todo saldría bien. Mi papi me dio un gran beso y mucha fuerza, que fue oportuna, porque yo ya no tenía la fortaleza de los primeros días.
Entonces, entré al quirófano, el anestesista me explico lo que harían a continuación, me fue tan fácil poner la cabeza abajo y enseñar la espalda, ya no tenía barriguita que lo impida. Mi Sebas nació tan pequeño que pesaba menos de cuatro libras, el Dr. me dijo, - Paulinita, aquí está tu bebe, está muy pequeñito, tienen que llevarle a cuidados intensivos neonatales-. Le di un besito suave y se lo llevaron.
Lo siguiente que hice fue llorar y culparme sintiendo tanta ansiedad que terminé medicada.  Cuando me desperté mi esposo estaba a mi lado, me dijo que el bebe está bien pero tiene que quedarse veinte días en UCI.
Baje para verlo, era un muñequito, un chichobelo conectado a sondas, a alambres que le estorbaban, tan frágil él y nada podía hacer para que estuviera mejor. Me fui a casa derrotada, mi esposo y yo lloramos abrazados, rezamos y pensamos en todo lo que podría salir mal para que no nos cogiera de sorpresa de nuevo, debo aceptar que no fue un buen ejercicio.
Sin embargo, sabía que si algo podía hacer por mi bebe, era ayudarlo a crecer desde ahora en adelante, darle el tiempo y volverlo mi prioridad uno, por encima de todos e incluso de mí.
 Considero que hice bien en estimular mi producción de leche desde que llegue a la casa, no tenía a mi bebe para hacer la estimulación natural, así que empecé con un sacaleches de esos que tienen bombita, que a mi criterio son los mejores para empezar, pues a la vez te forman el pezón. Por indicaciones del hospital guardaba mi leche materna en frascos para muestras de orina, la explicación es sencilla, son completamente estériles, los etiquetaba con la hora y fecha, guardándolos en la congeladora, para enviarlos al hospital los transportábamos en una hielera que los conservaba fríos. Estos envases te sirven igual si vas a conservar tu leche en el congelador, si trabajas y quieres tener tu reserva para cuando faltes, solo debes descongelarlos en frio, es decir, dejarlos en la parte baja de la refri de la noche para la mañana (no es recomendado el microondas para descongelar).
Al tercer día empecé a producir mucha leche, como siempre te recomiendan mil cosas y mil coladas para producir más, pero en mi experiencia lo único que debes hacer para producir leche es estimular y tomar mucho del líquido que desees; claro, cosas saludables, no vas a llenarte de coca cola, como escuché por ahí.
Mi bebe cumplió una semana en UCI y se puso un poquito amarillo, le pusieron una luz y protegieron sus ojos, esto de verdad le molestaba mucho y sentía mucha angustia, seguía llorando cuando iba a verlo, sobre todo porque el pupito se le cayó mientras lo bañaban en la mañana, yo nunca lo vi, me sentí muy triste porque tenía sus puperos listos, nunca se los pude poner,  pero me alegró mucho saber que pronto podría darle el seno directamente.
A los 12 días de estar en la incubadora le pusimos su primera mudada, pero tenía una boquita tan pequeña, que no pudimos acomodarnos para poderle dar el seno, y aquí va otro tip que me indicó la enfermera, para sacar el pezón me mando a cortar la punta de una jeringuilla mediana, colocarla sobre el pezón tirando del extremo como si estuviera llenándola de líquido. El ejercicio debe hacerse suavemente, no tienes que lastimarte al hacerlo, pero si debes ser constante, colocarte manteca de cacao ayuda mucho si te duele o te sientes incomoda y si te has lastimado, la crema para pañalitis es bastante útil, a menos que tengas mastitis y deba ser tratada medicamente.
Siempre que hablo con otras mami, coincidimos en que a pesar de que para muchas mujeres el proceso de lactancia sea natural, para muchas otras no lo es, para mí no lo fue, y mi conclusión sobre este tema, después de dos bebes, es que la lactancia DUELE, CUESTA y LASTIMA, y a veces, hay que dejarla ir por las buenas, quitándose el estigma de ser menos o mala madre por no dar el seno, pero eso puede ser otro tema por tratar.
Mejoramos en cuestiones de lactancia y mi bebe pudo salir antes de lo previsto, entonces nos fuimos a casa a los 15 días. En este punto quisiera hacer una recomendación un poco incomoda, el punto económico es algo que necesariamente debes considerar si llevas un embarazo de alto riesgo. Mi esposo siempre tiene una filosofía, “No hay plata que te devuelva a un ser querido”. La estancia de un bebe en UCI, en un hospital privado tiene un costo bastante elevado, casi nunca estás listo para  enfrentarlo, sin embargo y a pesar de mis conflictos con mi seguro privado, agradezco la atención recibida en el Hospital del Rio, mi hijo se recuperó favorablemente, no contrajo infecciones ni enfermedades dentro de la unidad, mis sustos más grandes fueron su nacimiento a las 32 semanas y su bajo peso al nacer.
En casa nos preparamos de acuerdo a lo aprendido en una experiencia previa de mis sobrinas gemelas que nacieron prematuras. El bebe prematuro en casa, a mi criterio debe tratarse con cautela, mi esposo y yo, que manejábamos al bebe lo hacíamos con una mascarilla, sobre todo mi esposo al llegar de la calle o el trabajo, siempre se daba una ducha y se ponía mascarilla. Lo cambiábamos y alimentábamos cada tres horas, muchas de las veces lo despertábamos para hacerlo, porque tenía que ganar peso sí o sí.
Como sabrás los bebes prematuros no regulan bien la temperatura de sus cuerpecitos y tienden a enfriarse con facilidad, regulábamos la temperatura de la habitación manteniéndola siempre calientita con un aparato eléctrico, cuyo uso fue disminuyendo paulatinamente.
Por lo demás, el baño lo hacia mi mami con su infinita experiencia y amor, lo bañábamos en la habitación porque hacerlo en el cuarto de baño bajaría mucho su temperatura corporal. En cuestión de biberones, hervirlos o esterilizarlos es lo mejor, llevarlos a controles periódicos y tener a mano a un profesional neonatologo que siempre esté dispuesto a escuchar las dudas, mucha veces absurdas de los primeros meses es lo mejor; en nuestro caso, estaremos agradecidos de por vida con la Dra. Karina Merchán, que nos guio con mucha amabilidad. En este punto también, la estimulación temprana con un niño prematuro es bastante importante, mi Sebas asistía tres veces por semana al inicio y luego una vez por semana hasta que cumplió 9 meses, la estimuladora, Priscila Nájera fue excelente y sobre todo la constancia y tiempo disponible que tengan los papis para el bebe, es importante.
Mi consejo a mamis con bebes prematuros que estén empezando este camino, es que en lo posible traten de apoyarse en alguien que comparta sus miedos, frustraciones y tristezas. Me paso que no me gustaba que nadie tocara a mi bebe, su sueño era sagrado y todo ruido me parecía desconsiderado, llegue a pelear con mi esposo por abrir la ventana del auto mientras mi bebe estaba dentro; aunque ahora me da risa, en ese tiempo de verdad sufría por ello.
SOLTAR, es una palabra que me gusta mucho hoy por hoy, si están cuidando a un bebe prematuro no se sientan mal de soltar lo demás por un tiempo, amigos, trabajo, problemas familiares y hasta estudios, pueden esperar mientras hallan su punto de equilibrio, sobre todo, no lo he nombrado a lo largo de este texto, sin embargo, si creen en ese poder superior, siempre es un consuelo saber que a pesar de que haya cosas que se nos salgan de control, todo volverá a su cauce porque simplemente, soy una buena persona y me lo merezco y sobre todo porque hay un poder superior que me cuida y en él confío.   
Con mucho cariño para las Mamis Protestonas,

Pauli!


No hay comentarios:

Publicar un comentario