Febrero, 7 de 2037.
Creo que no hay definición más simple que pueda encerrar lo que
siento que el "Extraño a mis bebes" que en ese entonces tenían 2 y 3
años, que me veían perfecta, me sonreían y me llenaban de besos, esos bebes que
abrían sus grandes ojos cuando me veían subir las gradas, ¡Dios! como paso el
tiempo, los encargue un día y jamás volvieron a ser míos, jamás dejamos de
extrañarnos, jamás deje de pensar en ellos mientras trabajada noche y día para
darles lo que "necesitaban", si alguien me hubiera dicho que los
extrañaría de esta manera, hubiera dejado todo para correr a sus pequeños
brazos, siempre felices de abrazarme.
Si alguien me
hubiera advertido que dejarían de necesitarme en absolutamente todo sentido,
hubiera sacrificado esos 100$ ganados por un día cazando insectos con una
botella.
Ojalá alguien me
hubiera advertido que sus sueños de casarse conmigo se convertirían en un
chiste bien contado y que andarían con el corazón roto por lagrimas que yo
nunca provocaría.
Ojala hubiera sido
más firme con mi esposo al exigirle que saliéramos al parque, que montáramos
bicicleta, que jugáramos hasta cansarnos, y les dedicáramos no solo nuestro
tiempo, si no nuestra vida.
Agradecida
estuviera si hubiera recibido una revelación de mi yo futura, contándome lo mal
que la pasaría extrañando sus frases casi incomprensibles para el mundo, pero
que para mí gozaban de total sentido.
Ojala alguien me
hubiera sacudido de mi silla obligándome a abandonar mi oficina para meterme a
la tina a jugar con ellos.
Ojala alguien me
hubiera ayudado a relajarme con la cuestión de disciplina, me hubiera explicado
que no sirve de nada ser tan estricta con las cosas que a la final van a
terminar aprendiendo.
Ojala no hubiera
gastado mi energía enojada por tanto y por todo, me hubiera encantado
regalarles más risas que llantos y sobre todo me hubiera encantado que todas
las veces que les dije que los amaba, hubieran venido acompañado siempre de
risas, para que si alguna vez les falto me recuerden feliz y lo sean por
siempre.
A mis preciosos bebes Sebas y Pedro José, me encantaría
regalarles una vida más feliz, llena de cosas simples que llenaran su corazón,
a veces Mami, no sabe cómo, pero trata y trata mucho, espero y sé que aun así
me amaran siempre... yo también.
Pauli,
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